No es preciso que sea un hombre perfecto; basta que sea profundamente humano, que tenga sentimientos y un gran corazón.
Que sepa compartir dolores y alegrías, hablar y saber callar, sobre todo, saber escuchar, gustar de la poesía, de la madrugada, de la música, del sol y de la luna, sentir un gran amor por alguien o sentir falta de no tener ese amor, saber guardar un secreto.
No es preciso ser de primera mano, ni es imprescindible ser de segunda.
Tiene que sentir los días tristes y respetarlos. Saber renunciar en favor de alguien.
Tener un ideal, y en caso de no tener, sentir el gran vacío que esto deja.
Tener resonancias humanas, voluntad de integrarse al mundo y en caso de no ser realizado proponerse como principal objetivo, ser amigo.
Debe sentir pena de las personas tristes y comprender el inmenso vacío de los solitarios.
Sentir pena de los que tuvieron y perdieron cosas queridas.
Gustar de la sencillez de los niños. Ser Quijote sin menospreciar a Sancho.
Búscate un amigo para pasear, disfrutar de la naturaleza, deleitarse con la música, leer; sentirse un ser humano.
Búscate un amigo que se entristezca con la separación, que quede conmovido y con todo el corazón desee nuestra vuelta pronto, que se conmueva cuando sea llamado amigo.
Búscate un amigo para no enloquecer, para poder contarle lo que se vio de bello y de triste durante el día, de los sustos, de las tristezas y de las alegrías.
Un amigo que sepa conversar de cosas simples, del rocío, de la lluvia, el sol, las estrellas y de los recuerdos de la infancia, a quien se diga que tal cosa es así, a quien se pueda decir cosas íntimas y hacer preguntas íntimas.
Búscate un amigo que no tenga miedo de decirte un defecto y cuando lo haga, sepa como hacerlo.
Búscate un amigo para vivir el pasado en busca de recuerdos, que sepa darse a quien merezca, que nos golpee un hombro, sonriendo o llorando, mas, que nos llame amigo.
Búscate un amigo que nos diga que vale la pena vivir, no porque la vida sea bella, sino porque ya se tiene un amigo y para no hacerlo sufrir.
Búscate un amigo que crea en nosotros, que no sea irónico, que nos sepa defender, de corazón libre y con toda franqueza, cuando somos atacados.
Búscate un amigo, para tener la conciencia que todavía vive.
Proverbio 17:17
En todo tiempo ama al amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.
Proverbios 18: 24
El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano.
No es preciso que sea un hombre perfecto; basta que sea profundamente humano, que tenga sentimientos y un gran corazón.
sábado, 28 de marzo de 2009
martes, 24 de marzo de 2009
¿Hacia dónde te diriges?
El Motivador Steve Chandler reportero de deportes en 1976 entrevisto a un Fisicoculturista y aspirante a actor llamado Arnoldo Schwarzenegger. Chandler recuerda que le preguntó: "Hacia donde te diriges y cual es una de tus metas". Con una voz calmada Schwarzenegger respondió: "Camino hacia la meta de ser el Actor número 1 de Hollywood”. Para ese entonces su imagen no prometía mucho. Su acento Australiano y su figura monstruosa no prometían mucha aceptación de las audiencias futuras. Steve se lo trató de decir y Arnoldo le respondió. Para llegar a esa meta estoy usando el mismo método que usé en el fisicoculturismo y este método consiste en: Crear una visión de si mismo y de lo que quieres ser y entonces comenzar a vivir dentro de esa pintura mental como si eso fuera verdad. Esto suena ridículamente simple, pero dentro de esa simpleza, Schwarzenegger caminó y llegó a ser no solo un artista reconocido mundialmente sino ahora gobernador de California.
Tenemos a veces una imagen distorsionada de nosotros mismos y nos olvidamos que somos el producto de la mano de Dios. Cuando comenzamos a caminar en el sendero de lo expresado por Dios, todas las otras mentiras que gente significativa nos ha dicho comienza a derrumbarse.
Nunca dejes que el héroe que Dios creó en ti, se ahogue en las corrientes tumultuosas de quienes te quieren inundar.
Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas.
Tenemos a veces una imagen distorsionada de nosotros mismos y nos olvidamos que somos el producto de la mano de Dios. Cuando comenzamos a caminar en el sendero de lo expresado por Dios, todas las otras mentiras que gente significativa nos ha dicho comienza a derrumbarse.
Nunca dejes que el héroe que Dios creó en ti, se ahogue en las corrientes tumultuosas de quienes te quieren inundar.
Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, criados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas.
viernes, 20 de marzo de 2009
El camino del Amor
Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás. Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación. Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y aceptarte para aceptar, ya que nadie da lo que no tiene dentro de sí.
Ninguna relación te dará la paz que tú mismo no crees en tu interior.
Ninguna relación te brindará felicidad que tú mismo no construyas.
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando seas capaz de decirle bien convencido: «No te necesito para ser feliz».
Sólo podrás amar siendo independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer. Sólo se podrá ser feliz cuando dos personas felices se unan para compartir su felicidad, no para hacerse felices la una a la otra.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas autoestima y la práctica de una libertad responsable.
Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía narcisista que sólo trae frustraciones.
Por eso, ámate mucho, madura, y el día que puedas decirle a la otra persona "Sin ti me la paso bien", ese día estarás más preparado para vivir en pareja
Ninguna relación te dará la paz que tú mismo no crees en tu interior.
Ninguna relación te brindará felicidad que tú mismo no construyas.
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando seas capaz de decirle bien convencido: «No te necesito para ser feliz».
Sólo podrás amar siendo independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer. Sólo se podrá ser feliz cuando dos personas felices se unan para compartir su felicidad, no para hacerse felices la una a la otra.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas autoestima y la práctica de una libertad responsable.
Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía narcisista que sólo trae frustraciones.
Por eso, ámate mucho, madura, y el día que puedas decirle a la otra persona "Sin ti me la paso bien", ese día estarás más preparado para vivir en pareja
jueves, 19 de marzo de 2009
Diez mandamientos para vivir!!!
1.-Cuidarás tu presentación personal día a día. Arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Qué más fiesta que la vida! El baño diario, el peinado, la ropa, todo atractivo, oliendo a limpio, a buen gusto. El buen gusto es gratuito no cuesta nada. Que al verte se alegre tu espejo y los ojos de los demás.
2. No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a la calle y al campo de paseo. “El agua estancada se pudre y la máquina inmovilizada se enmohece”.
3. Amarás el ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasia o una caminata diaria; por lo menos abre la puerta, riega las plantas, contesta el teléfono; baila aunque estés solo (a). Haz cualquier movimiento que te despegue de la cama y del sillón.
4. Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado, la cabeza gacha, la espalda encorvada y los pies arrastrándose. Que la gente diga un piropo cuando pasas. Recuerda que las arrugas se disimulan con una amplia sonrisa, pero el arrastrar de los pies… eso sí es signo de vejez .
5. No hablarás de tu edad ni te quejarás de tus achaques reales o imaginarios. Acabarás por creerte más viejo y enfermo de lo que en realidad estás y te harán el vacío. A la gente no le gusta oír historias de hospital. Cuando te pregunten cómo estás, contestarás, “bien, divinamente”.
6. Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo, buena cara. Sé positivo en los juicios, de buen humor en las palabras, alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años, sino un estado de ánimo.
7. Tratarás de ser útil a ti mismo y a los demás. No eres parásito ni una rama desgajada del árbol de la vida. Bástate a ti mismo hasta donde sea posible. Ayuda con una sonrisa, un consejo, un servicio. Al abrirte a los demás dejarás de estar pensando en un “yo” angustiado y solitario.
8. Trabajarás con tus manos y con tu mente. El trabajo es la terapia infalible. Haz algo, lo que sea y lo que puedas. La bendición del trabajo es la medicina para todos los males y si estás jubilado, ocúpate de actividades de servicio: los hospitales, asilos, iglesias, etc., siempre necesitan manos que ayuden.
9. Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego las que tienes en el hogar, integrándote a todos los miembros de tu familia. Allí tienes la oportunidad de convivir con niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida. Convive, pero sin inmiscuirte en los problemas de los demás, a menos que expresamente te pidan tu opinión. Recuerda: ver, oír y callar.
10. No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor. Deja de estar condenando tu mundo y maldiciendo tu momento. No digas a cada palabra: “Las cosas andan mal; allá en mi tiempo…” ¡Mira hacia el futuro con alegría! ¡Ponte nuevas metas, haz planes, sueña!
lunes, 16 de marzo de 2009
¡Los barberos no existen!
Un barbero le decía a su cliente mientras le recortaba el pelo:
- Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista, como usted dice.- Pero, ¿por qué dice usted eso? -pregunta el cliente.
- Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O... dígame, ¿acaso si Dios existiera, habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas.El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El barbero terminó su trabajo y, recién abandonaba la barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo; se veía muy desarreglado. Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero.
- ¿Sabe una cosa? ¡Los barberos no existen!
- ¿Cómo que no existen? -pregunta el barbero- Si aquí estoy yo y soy barbero.
- ¡No! -dijo el cliente- no existen, porque si existieran barberos no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle.
- Ah, los barberos si existen, lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mí.
- ¡Exacto! -dijo el cliente- Lo mismo ocurre con Dios. Las personas no van a Dios y por eso hay tanto dolor y miseria.
¡Dios existe!
- Fíjese caballero que yo no creo que Dios exista, como usted dice.- Pero, ¿por qué dice usted eso? -pregunta el cliente.
- Pues es muy fácil, basta con salir a la calle para darse cuenta de que Dios no existe. O... dígame, ¿acaso si Dios existiera, habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad. Yo no puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas.El cliente se quedó pensando un momento, pero no quiso responder para evitar una discusión. El barbero terminó su trabajo y, recién abandonaba la barbería, vio en la calle a un hombre con la barba y el cabello largo; se veía muy desarreglado. Entonces entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero.
- ¿Sabe una cosa? ¡Los barberos no existen!
- ¿Cómo que no existen? -pregunta el barbero- Si aquí estoy yo y soy barbero.
- ¡No! -dijo el cliente- no existen, porque si existieran barberos no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre que va por la calle.
- Ah, los barberos si existen, lo que pasa es que esas personas no vienen hacia mí.
- ¡Exacto! -dijo el cliente- Lo mismo ocurre con Dios. Las personas no van a Dios y por eso hay tanto dolor y miseria.
¡Dios existe!
¿Cómo convertir el fracaso en éxito?
Hace mucho tiempo, Harold Sherman escribió un libro titulado How to Turn Failure Into Success, (¿Cómo convertir el fracaso en éxito?), en el que da un «Código de Persistencia». Si usted se da por vencido muy fácilmente escriba lo que está a continuación y léalo a diario:
1. Nunca me daré por vencido mientras sepa que tengo la razón.
2. Creo que todas las cosas obrarán a mi favor si me sostengo hasta el final.
3. Tendré ánimo y no desmayaré frente a las probabilidades.
4. No permitiré que nadie me intimide ni me separe de mis metas.
5. Lucharé para vencer todos los impedimentos físicos y las contrariedades.
6. Trataré una y otra vez, y todavía una vez más para realizar lo que quiero.
7. Obtendré fe y fortaleza al saber que todos los hombres y mujeres con éxito lucharon contra la derrota y la adversidad.
8. Nunca me rendiré al desaliento o la desesperación no importa con qué obstáculos aparentes me enfrente.
Hay nuevos caminos en este día. Hay nuevos senderos que se abrirán para ti. Pero si dejas que tus ojos se empañen de lágrimas demasiado tiempo, ellas te impedirán ver lo que necesitas. Recuerda la base de todo éxito está en poner nuestra confianza en Dios y saber que solo él nos puede llevar al lugar correcto y en el tiempo correcto. En medio del fracaso que encontramos en el camino al éxito, Dios es nuestro socorro.
1. Nunca me daré por vencido mientras sepa que tengo la razón.
2. Creo que todas las cosas obrarán a mi favor si me sostengo hasta el final.
3. Tendré ánimo y no desmayaré frente a las probabilidades.
4. No permitiré que nadie me intimide ni me separe de mis metas.
5. Lucharé para vencer todos los impedimentos físicos y las contrariedades.
6. Trataré una y otra vez, y todavía una vez más para realizar lo que quiero.
7. Obtendré fe y fortaleza al saber que todos los hombres y mujeres con éxito lucharon contra la derrota y la adversidad.
8. Nunca me rendiré al desaliento o la desesperación no importa con qué obstáculos aparentes me enfrente.
Hay nuevos caminos en este día. Hay nuevos senderos que se abrirán para ti. Pero si dejas que tus ojos se empañen de lágrimas demasiado tiempo, ellas te impedirán ver lo que necesitas. Recuerda la base de todo éxito está en poner nuestra confianza en Dios y saber que solo él nos puede llevar al lugar correcto y en el tiempo correcto. En medio del fracaso que encontramos en el camino al éxito, Dios es nuestro socorro.
jueves, 12 de marzo de 2009
La silla del Amigo
La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo.
Cuando el sacerdote llegó a la habitación, encontró a este pobre hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas.Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo.
-¿Supongo que me estaba esperando?-, le dijo.-No, ¿quién es usted?-, dijo el hombre enfermo.
-Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando entré y noté la silla vacía al lado de su cama, supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo.
-Ah sí, la Silla.
¿Le importa cerrar la puerta?- dijo el hombre enfermo,El sacerdote sorprendido cerró la puerta.
El hombre enfermo le dijo:
-Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar.Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, cómo se debe orar y los beneficios que trae......pero siempre esto de las oraciones; noo se...!
Me entra por un oído y me sale por el otro.De todos modos no tengo idea de cómo hacerlo. Entonces... Hace mucho tiempo abandoné por completo la oración.
Esto ha sido así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo:-José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús, así es como te sugiero que lo hagas-...-Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente tuyo, luego con fe miras a Jesús sentado delante de ti-.
-No es algo alocado el hacerlo pues él nos dijo:
-“Yo estaré siempre con vosotros”
-Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora-Es así que lo hice una vez y me gustó que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces
-Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija... Pues me internaría de inmediato en el manicomio
El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era algo muy bueno lo que venía haciendo y que no dejara de hacerlo nunca.
Luego hizo una oración con él. Le extendió una bendición y se fue a su parroquia.
Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido.
El sacerdote le preguntó:-¿Falleció en Paz?
-Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama-.-Me dijo que me quería mucho y me dio un beso-.-Cuando regresé de hacer unas compras una hora más tarde ya lo encontré muerto-.
-Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré.
-¿Qué cree usted que pueda significar esto?-.
El sacerdote profundamente estremecido, se secó las lagrimas de emoción y le respondió:-”Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera”
Cuando el sacerdote llegó a la habitación, encontró a este pobre hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas.Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo.
-¿Supongo que me estaba esperando?-, le dijo.-No, ¿quién es usted?-, dijo el hombre enfermo.
-Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando entré y noté la silla vacía al lado de su cama, supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo.
-Ah sí, la Silla.
¿Le importa cerrar la puerta?- dijo el hombre enfermo,El sacerdote sorprendido cerró la puerta.
El hombre enfermo le dijo:
-Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar.Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, cómo se debe orar y los beneficios que trae......pero siempre esto de las oraciones; noo se...!
Me entra por un oído y me sale por el otro.De todos modos no tengo idea de cómo hacerlo. Entonces... Hace mucho tiempo abandoné por completo la oración.
Esto ha sido así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo:-José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús, así es como te sugiero que lo hagas-...-Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente tuyo, luego con fe miras a Jesús sentado delante de ti-.
-No es algo alocado el hacerlo pues él nos dijo:
-“Yo estaré siempre con vosotros”
-Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora-Es así que lo hice una vez y me gustó que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces
-Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija... Pues me internaría de inmediato en el manicomio
El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era algo muy bueno lo que venía haciendo y que no dejara de hacerlo nunca.
Luego hizo una oración con él. Le extendió una bendición y se fue a su parroquia.
Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido.
El sacerdote le preguntó:-¿Falleció en Paz?
-Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama-.-Me dijo que me quería mucho y me dio un beso-.-Cuando regresé de hacer unas compras una hora más tarde ya lo encontré muerto-.
-Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré.
-¿Qué cree usted que pueda significar esto?-.
El sacerdote profundamente estremecido, se secó las lagrimas de emoción y le respondió:-”Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera”
miércoles, 11 de marzo de 2009
Los mejores socios
¿No puedes dormir porque te preocupa tu situación profesional y financiera?
Ese era el caso de Bill, un hombre de negocios de mediana edad que siempre le decía a la gente que haría esto o aquello en su negocio de relaciones públicas; siempre era algo que de seguro le daría más dinero. Días tras día, sin embargo, las cosas nunca pasaban según su predicción y se sentía un fracaso. Al final, su negocio fue a la bancarrota.
En aquel entonces, estaba devastado, pensando que nunca lograría recuperarme en las finanzas, dijo Bill. Me sentía desesperado.
No obstante, recuperó la independencia financiera. A decir verdad, Bill llegó a tener un enorme éxito en el mundo de los negocios. Acredita su nuevo éxito a tener a Dios como su socio comercial.
Me encanta la gente, dijo. Pero antes, trataba de cubrir mi presupuesto con las matemáticas, que nunca me gustaron mucho en la escuela. Nos sorprende que tuviera que luchar tanto en mi trabajo.
Al mirar atrás, Bill dice que quedarse en la quiebra fue lo mejor que le sucedió. Le hizo cambiar de actitud. Comenzó a confiar en Dios.
Antes, temía correr riesgos... probar nuevas cosas, explicó. Ahora, si algo no da resultado en mi negocio, no lo miro como un fracaso. Lo veo como una oportunidad de probar otra cosa.
Si tenemos mucha dificultad en cubrir nuestro presupuesto, podemos revisar nuestra situación y pensar en formas de cambiar, como lo hizo Bill. Podemos encontrar un trabajo que nos guste. Al hacer todo lo que podamos en nuestro trabajo, siendo lo mejor posible, podemos disfrutar la vida que Dios designó de forma especial para nosotros.
Santiago 4:15-16
Más bien, debieran decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora se jactan en sus fanfarronerías. Toda esta jactancia es mala.
Ese era el caso de Bill, un hombre de negocios de mediana edad que siempre le decía a la gente que haría esto o aquello en su negocio de relaciones públicas; siempre era algo que de seguro le daría más dinero. Días tras día, sin embargo, las cosas nunca pasaban según su predicción y se sentía un fracaso. Al final, su negocio fue a la bancarrota.
En aquel entonces, estaba devastado, pensando que nunca lograría recuperarme en las finanzas, dijo Bill. Me sentía desesperado.
No obstante, recuperó la independencia financiera. A decir verdad, Bill llegó a tener un enorme éxito en el mundo de los negocios. Acredita su nuevo éxito a tener a Dios como su socio comercial.
Me encanta la gente, dijo. Pero antes, trataba de cubrir mi presupuesto con las matemáticas, que nunca me gustaron mucho en la escuela. Nos sorprende que tuviera que luchar tanto en mi trabajo.
Al mirar atrás, Bill dice que quedarse en la quiebra fue lo mejor que le sucedió. Le hizo cambiar de actitud. Comenzó a confiar en Dios.
Antes, temía correr riesgos... probar nuevas cosas, explicó. Ahora, si algo no da resultado en mi negocio, no lo miro como un fracaso. Lo veo como una oportunidad de probar otra cosa.
Si tenemos mucha dificultad en cubrir nuestro presupuesto, podemos revisar nuestra situación y pensar en formas de cambiar, como lo hizo Bill. Podemos encontrar un trabajo que nos guste. Al hacer todo lo que podamos en nuestro trabajo, siendo lo mejor posible, podemos disfrutar la vida que Dios designó de forma especial para nosotros.
Santiago 4:15-16
Más bien, debieran decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora se jactan en sus fanfarronerías. Toda esta jactancia es mala.
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domingo, 8 de marzo de 2009
Un hombro para llorar
Quien no ha visitado Chascomús se ha perdido una experiencia formidable: excelentes paisajes naturales que se entremezclan con antiguas estancias y nuevos diseños arquitectónicos, una inmensa laguna que constituye un atractivo único para la pesca y la práctica de diversas disciplinas náuticas, y una población que recibe con suma calidez a los turistas que llegan a su ciudad cada fin de semana.
A pesar de las tremendas inundaciones que han azotado su geografía a lo largo de su historia, la actividad agrícola y agropecuaria sigue adelante gracias al compromiso de quienes trabajan, viven y sienten suya esta hermosa ciudad de la provincia de Buenos Aires.
¡Tengo tantos buenos recuerdos! ¡Tantas anécdotas que contar del tiempo que viví allí durante mi niñez!
Corría el año 1983 y mi primer grado en la escuela primaria me atemorizaba (¡para qué negarlo!). A mis seis años de edad empezaba a comprender que la situación nacional estaba cambiando. ¡Y cómo no darme cuenta! El candidato que ganó las elecciones presidenciales, constituyendo el retorno de la democracia argentina, era nada más ni nada menos que un chascomunense: Raúl Alfonsín.
Pero lejos de la política y los cambios que estaban por llegar, ese año también ocurrió algo que me sacudió: uno de mis compañeros, Lucas Alfonsín (sobrino del presidente electo), sufrió el fallecimiento de su mamá. ¡Imagínese! ¡Seis años de edad! Debo confesar que no sabía qué hacer. Mis compañeros tampoco. Estábamos profundamente consternados.
Aquella fue la primera vez que sentí muy de cerca el sufrimiento ajeno, y no supe qué hacer. Luego, a través de los años, sucedieron otros hechos similares con amigos, familiares y gente que conozco. Nuevamente no supe qué hacer.
¿Pero sabe algo? Finalmente llegué a la conclusión que aquel que sufre no espera sólo nuestros consejos o nuestros buenos deseos. Sencillamente necesita un hombro sobre el cual llorar, una mirada que preste atención y dos oídos dispuestos a escuchar. Alguien, en definitiva, que traspase la estructura de las frases hechas y con su propia vida exprese: aquí estoy, te acompaño, puedes contar conmigo.
Seamos parte del cambio.. ¡una persona a la vez!
p. Cristian Franco
A pesar de las tremendas inundaciones que han azotado su geografía a lo largo de su historia, la actividad agrícola y agropecuaria sigue adelante gracias al compromiso de quienes trabajan, viven y sienten suya esta hermosa ciudad de la provincia de Buenos Aires.
¡Tengo tantos buenos recuerdos! ¡Tantas anécdotas que contar del tiempo que viví allí durante mi niñez!
Corría el año 1983 y mi primer grado en la escuela primaria me atemorizaba (¡para qué negarlo!). A mis seis años de edad empezaba a comprender que la situación nacional estaba cambiando. ¡Y cómo no darme cuenta! El candidato que ganó las elecciones presidenciales, constituyendo el retorno de la democracia argentina, era nada más ni nada menos que un chascomunense: Raúl Alfonsín.
Pero lejos de la política y los cambios que estaban por llegar, ese año también ocurrió algo que me sacudió: uno de mis compañeros, Lucas Alfonsín (sobrino del presidente electo), sufrió el fallecimiento de su mamá. ¡Imagínese! ¡Seis años de edad! Debo confesar que no sabía qué hacer. Mis compañeros tampoco. Estábamos profundamente consternados.
Aquella fue la primera vez que sentí muy de cerca el sufrimiento ajeno, y no supe qué hacer. Luego, a través de los años, sucedieron otros hechos similares con amigos, familiares y gente que conozco. Nuevamente no supe qué hacer.
¿Pero sabe algo? Finalmente llegué a la conclusión que aquel que sufre no espera sólo nuestros consejos o nuestros buenos deseos. Sencillamente necesita un hombro sobre el cual llorar, una mirada que preste atención y dos oídos dispuestos a escuchar. Alguien, en definitiva, que traspase la estructura de las frases hechas y con su propia vida exprese: aquí estoy, te acompaño, puedes contar conmigo.
Seamos parte del cambio.. ¡una persona a la vez!
La Biblia señala: El que habla sin pensar hiere como un cuchillo, pero el que habla sabiamente sabe sanar la herida. Las palabras amables son como la miel: endulzan la vida y sanan el cuerpo (Proverbios 12:18, 16:24).
p. Cristian Franco
lunes, 2 de marzo de 2009
Cuando enfrentas lo imposible
¿Cuántas veces has escuchado las palabras: No se puede hacer?
Quizá fueras uno de los que dijeran esas palabras. No deberíamos tomar cada desafío imposible solo para probar que lo podemos hacer. Sin embargo, hay cosas valiosas que es preciso hacer y que parecen imposibles o que aún no se han hecho.
¿Te ha dado Dios una visión o un sueño? A menudo el que tiene la inspiración debe poner el sudor, es decir la energía y la motivación para llevarlo a cabo. Si hoy enfrentamos un enorme desafío, esta poesía de Edgar Guest es para ti:
No podía hacerse
Alguien dijo que no podía hacerse,
pero él con una sonrisa respondió
que quizá no se podía, pero que él
no sería el que lo diría hasta que probara.
Así que lo trató de hacer.
Con el esbozo de una sonrisa en su rostro.
Si estaba preocupado, lo ocultó.
Comenzó a cantar mientras enfrentaba la cosa
Que no podía hacerse y que él hizo.
Alguien se burló: Ah, nunca lo harás;
Al menos nadie lo ha hecho jamás;
Pero él se quitó el saco y se quitó el sombrero,
Cuando sabemos lo que Dios nos ha llamado a hacer, ¡también podemos saber que Él ha provisto los medios para realizar esa tarea!
Hebreos 11:6
Sin fe es imposible agrada a Dios.
Quizá fueras uno de los que dijeran esas palabras. No deberíamos tomar cada desafío imposible solo para probar que lo podemos hacer. Sin embargo, hay cosas valiosas que es preciso hacer y que parecen imposibles o que aún no se han hecho.
¿Te ha dado Dios una visión o un sueño? A menudo el que tiene la inspiración debe poner el sudor, es decir la energía y la motivación para llevarlo a cabo. Si hoy enfrentamos un enorme desafío, esta poesía de Edgar Guest es para ti:
No podía hacerse
pero él con una sonrisa respondió
que quizá no se podía, pero que él
no sería el que lo diría hasta que probara.
Así que lo trató de hacer.
Con el esbozo de una sonrisa en su rostro.
Si estaba preocupado, lo ocultó.
Comenzó a cantar mientras enfrentaba la cosa
Que no podía hacerse y que él hizo.
Alguien se burló: Ah, nunca lo harás;
Al menos nadie lo ha hecho jamás;
Pero él se quitó el saco y se quitó el sombrero,
Y lo único que sabía era que comenzó.
Con el mentón levantado y una ligera sonrisa,
Sin duda ni equivocación,
Comenzó a cantar mientras enfrentaba la cosa
Que no podía hacerse y que él hizo.
Hay miles que te dicen que no lo puedes hacer,
Hay miles que profetizan el fracaso,
Hay miles que te señalarán, uno por uno.
Los peligros que te esperan al acecho,
Pero solo enfréntalos con una ligera sonrisa,
Quítate el saco y comienza,
Solo comienza a cantar mientras enfrentas la cosa
Que no se puede hacer y que tú harás.
Con el mentón levantado y una ligera sonrisa,
Sin duda ni equivocación,
Comenzó a cantar mientras enfrentaba la cosa
Que no podía hacerse y que él hizo.
Hay miles que te dicen que no lo puedes hacer,
Hay miles que profetizan el fracaso,
Hay miles que te señalarán, uno por uno.
Los peligros que te esperan al acecho,
Pero solo enfréntalos con una ligera sonrisa,
Quítate el saco y comienza,
Solo comienza a cantar mientras enfrentas la cosa
Que no se puede hacer y que tú harás.
Cuando sabemos lo que Dios nos ha llamado a hacer, ¡también podemos saber que Él ha provisto los medios para realizar esa tarea!
Hebreos 11:6
Sin fe es imposible agrada a Dios.
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