Sentarse al lado de una persona enferma y acariciarle la mano es un impulso natural para la mayoría de las personas, pero un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Academia Sahlgrenska (Suecia) ha demostrado que además de producir una sensación agradable, el acto de acariciar la piel puede ayudar a aliviar el dolor.
Los investigadores llevaron a cabo pruebas en un grupo de personas sanas empleando una técnica denominada microneurografía. Éstas determinaron que las señales que se producen al acariciar la piel circulan por una ruta directa hasta el cerebro y por esta razón ayudan a calmar el dolor. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Nature Neuroscience.
"Básicamente, las señales que indican al cerebro que se está produciendo una caricia tienen su ruta particular y directa hasta el cerebro y no quedan bloqueadas ni aún cuando el cerebro esta recibiendo impulsos de dolor en la misma área", afirmó Line Loken, estudiante de posgrado en la rama de neurofisiología en la Academia Sahlgrenska.
"De hecho", añadió, "es más bien lo contrario: los impulsos relativos a las caricias son capaces de amortiguar los de dolor".
Cada fibra nerviosa del cuerpo es responsable de la las señales táctiles pertenecientes a aproximadamente un centímetro cuadrado de piel. Los investigadores hicieron pruebas en distintas áreas de piel en busca de respuestas nerviosas mediante un robot diseñado al efecto que rozaba de forma continua el área de piel de la cual era responsable una fibra nerviosa concreta. A los sujetos se les solicitó que calificaran el grado de placer que la sensación les producía.
"Mediante la inserción de un delgado electrodo en un nervio del antebrazo podemos recibir señales de una de las miles de fibras nerviosas que constituyen un nervio", explicó el profesor Hakan Olausson, líder del grupo de investigación responsable del descubrimiento junto a Johan Wessberg.
Las fibras nerviosas especializadas de la piel se denominan nervios CT. Estos llegan directamente hasta áreas del cerebro responsables de los sentimientos y las sensaciones.
"Al aumentarse la frecuencia de las señales nerviosas enviadas a los nervios CT, los sujetos informaron que la experiencia era cada vez más gratificante", explicó Wessberg. "De los nervios de la piel que hemos estudiado, sólo los nervios CT presentaron esta fuerte relación entre la frecuencia de las señales y el placer sentido".
Hasta ahora, la función del sistema nervioso periférico en las sensaciones de placer no había recibido demasiada atención por parte de la comunidad científica.
El equipo de investigación entiende que los resultados del estudio son la primera prueba de que existe una relación entre las sensaciones de tacto agradables y positivas y la codificación relativa al nervio aferente periférico. (Fuente: CORDIS Noticias / CE)
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